sábado, 23 de octubre de 2010

Queridos hermanos, estamos todos aquí reunidos
para escuchar la palabra del Evangelio,
que nos abrirá las puertas del camino de la verdad
y nos conducirá hacia la perfección interior.
Pero para llevar a cabo nuestros propósitos,
todos sabemos que la colaboración es vuestro deber,
que cualquier pequeña aportación es grande a los ojos de Dios,
todos sabemos que cada uno debe aportar lo que esté a su alcance.
Esa contribución económica hará posible que hagamos de nuestra comunidad
un lugar respetable que viva en paz y en armonía con el resto del universo.
Dadnos vuestro dinero cabrones.
Yo soy el buen pastor que conozco a mis ovejas, ¡dejadme en paz!
y ellas me conocen a mi.
Al igual que el padre me conoce
y yo conozco al padre.
Y daría mi vida por las ovejas.
Tengo además unas ovejas que no se fían de mi,
también a ellas las podré traer y escucharán mi voz,
y habrá un solo rebaño y un solo pastor .
Ska-p